Cualquiera pensaría que detrás de la escultural figura de la magnífica Fabiana Villarroel hay rígidos regímenes alimenticios, sin embargo sucede todo lo contrario, porque si se trata de comida, ella no rechaza nada. El “buen diente” que posee la motivó a estudiar gastronomía.
No hace falta verla comer para comprobar lo gustosa que es Fabiana, tanto así que, a su paso por la capital gastronómica de Bolivia, Cochabamba, el pasado fin de semana, se tomó la molestia de elaborar un listado mental de los platillos que probaría antes de marcharse, entre ellos figuraba el tradicional “Trancapecho”.
Revela que su pasión por la comida la heredó de su abuela, que es de origen italiano. Por esta razón, uno de los platillos que aprendió a cocinar, durante sus cursos de formación como chef, es la pasta. “Es mi plato favorito”, dice.
Esta carrera se constituye en la segunda que estudia Fabiana, la primera fue Relaciones Internacionales y, una vez que se titule, proyecta abrir un restaurante donde ella ejercerá como chef.
De manera paralela, Fabiana continúa forjando su carrera como modelo y recientemente la nombraron Top de la agencia de Pablo Manzoni. Este ascenso solo lo consiguen las modelos que hayan protagonizado campañas publicitarias continuas.
Esto, sumado a los dos calendarios del que ella es imagen este año, dan cuenta del éxito que persigue a la modelo de 29 años.
Amor solo para su mascota
soltera De momento, la magnífica Fabiana Villarroel está sin pareja, aunque dice que todos los días el amor la espera en su casa, a través de Simón, su perro Sharpei.
Dice que ahora está centrada en sus estudios, su carrera como modelo y su trabajo en el segmento de “Farándula”, del programa “No Mentirás”, de la Red PAT.
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